Solsticio de verano, una ocasión para mirar hacia dentro
Con la llegada del solsticio de verano y la celebración de San Juan, la naturaleza nos recuerda que somos ciclo, luz y transformación. Es un momento ideal para hacer espacio, escuchar el cuerpo y sembrar nuevas intenciones. Es el día más largo del año, el momento donde el sol brilla con más fuerza, y tradicionalmente encendemos hogueras para soltar aquello viejo y dar espacio al nuevo.
Este es también un momento abierto a la introspección, a conectar con el fuego interno y con la sabiduría del cuerpo. Cuando la luz exterior es tan intensa, puede ser bonito —y necesario— mirar hacia adentro.
Cuando el cuerpo puede respirar.
En el día a día, entre obligaciones y prisas, nos acostumbramos a ignorar las señales del cuerpo. Pero cuando la rutina baja el volumen, como a menudo pasa en verano, estas señales vuelvan a emerger:
- Una tensión a los hombros que no marcha.
- Una presión en el pecho cuando estás sola.
- Un cansancio que no es solo físico
- Una emoción que insiste, aunque haya silencio.
Estas sensaciones no son errores. Son maneras que tiene el cuerpo de hablarte, de ayudarte a volver a casa.
El cuerpo no miente, y escucharlo es empezar a honrarte.
Pequeña práctica para este momento de cambio.
Encuentra un lugar tranquilo. Siéntate cómodamente. Cierra los ojos y observa la respiración.
Y pregúntate:
¿Qué necesita hoy mi cuerpo?
No hace falta entenderlo todo. Solo escucha con curiosidad y ternura.
Quizás te pedirá descanso, movimiento, llanto, presencia o contacte. Es igual lo qué. Lo importante es que lo estás escuchando.

El cuerpo no miente, y escucharlo es empezar a honrarte.
Acompañamiento en línea durante el verano
A veces, en esta escucha, aparecen emociones, recuerdos o inquietudes que no sabemos sostener solos.
Durante el verano, abro espacios de acompañamiento en línea, suaves y flexibles, pensados para este momento:
- Espacios para poner palabra a lo que sientes.
- Para cuidar lo que emerge.
- Por no tener que sostenerlo a solas.
Puedes contactar conmigo si quieres que te acompañe a hacer este camino. También en verano, puedes cuidarte des de dentro.
Un fuego que purifica, una luz que revela
Sant Juan nos invita a quemar lo que ya no nos sirve, a abrir espacio para aquello que quiere nacer. Este verano puede ser más que un paréntesis. Puede ser un ritual íntimo de retorno a ti.
Escoltar tu cuerpo, mirarlo con amabilidad, y —si lo necesitas— dejarte acompañar, puede ser la manera más profunda de atravesar este momento de luz y transformación.
Que tu verano sea una hoguera cálida donde reposar, renovarte y reconectar.